Todo empezó en la víspera de Año Nuevo de 2024. En algún punto entre la cuenta regresiva de medianoche y la última copa de prosecco, mis amigos y yo tomamos una decisión espontánea: en lugar de hacer las típicas resoluciones que olvidaríamos en febrero, crearíamos un reto para todo el año lleno de cosas divertidas por hacer juntos. Sin presión, sin perfección — solo experiencias compartidas, ideas locas y un poco de caos.
Apuntamos a toda prisa una lista de todo lo que queríamos probar: desde hacer kayak en invierno y fiestas de “outfits horribles” hasta pasear perros de refugio, elegir la ropa del otro en tiendas de segunda mano, e incluso hacernos tatuajes a juego para marcar lo que habíamos logrado. ¿Y sabes qué? El 2024 terminó siendo uno de los años más inolvidables de nuestras vidas. Nos reímos muchísimo, hicimos cosas que nunca nos habríamos atrevido a hacer solos y creamos recuerdos que todavía salen en cada conversación grupal.
Ahora quiero compartir esa alegría. Tanto si estás buscando ideas espontáneas para el fin de semana como si quieres comenzar tu propio reto de amistad durante el año, aquí tienes una lista de planes divertidos, creativos y a veces ridículamente geniales para hacer con amigos — sin necesidad de una ocasión especial.
No todos los grandes recuerdos empiezan con un itinerario completo o un billete de avión. Algunos de nuestros momentos más icónicos de 2024 sucedieron en el salón de alguien — con snacks, una playlist y una idea absurda que, de alguna manera, se convirtió en tradición. Aquí van algunas de nuestras actividades caseras favoritas: modernas, fáciles y, de verdad, divertidas.
🎲 Noche de mesa de 6 horas.
Nos retamos a quedarnos sentados en la misma mesa durante seis horas seguidas — sin móviles, sin tele, solo comida, juegos y nosotros. Lo que empezó como una broma terminó siendo un mini retiro. Jugamos a We’re Not Really Strangers, sacamos cartas de tarot falsas, hicimos mocktails y terminamos escribiendo poesía absurda. Fue la mezcla perfecta de caos y conexión.
🎭 Cena con outfit horrible
Llegamos todos con los peores looks que pudimos encontrar en tiendas de segunda mano — leggings de lentejuelas, camisetas de turista, boas de plumas — y tuvimos una cena a la luz de las velas totalmente seria. Parecía una gala de premios al desastre de moda. Terminamos riéndonos hasta las 2 de la mañana y sacando Polaroids como si fuera una fiesta de graduación. Bonus: ahora usamos esas fotos como iconos de nuestro chat grupal.
🍕 Noche de reto culinario DIY
Una noche en Praga, cada uno eligió un ingrediente aleatorio (el mío fue cebollas en escabeche, lamentablemente) y tuvimos que preparar un plato con todo lo que había en la mesa. Fue un completo descontrol — y súper divertido. Un amigo hizo una “pancake de sushi”, otro creó un postre con pasta. La comida casi no se podía comer, pero las historias... deliciosas.
📸 Búsqueda de fotos en casa
Nos dimos una lista de retos fotográficos raros para completar por toda la casa — como “posa como un villano de película usando solo utensilios de cocina” o “recrea tu peor foto del pasaporte”. Fue una especie de búsqueda del tesoro + experimento para Instagram. Las mejores fotos fueron directas a nuestra historia privada.
Hay algo en salir de tu rutina —aunque sea solo por una tarde— que hace que la vida se sienta más viva al instante. Durante 2024, nos impusimos una regla: si hace buen tiempo y alguien dice “¿vamos?”, simplemente vamos. Y eso nos llevó a vivir algunos de los momentos más espontáneos, divertidos y sorprendentemente hermosos del año.
🛶 Kayak en invierno (sí, en serio)
Lo reservamos totalmente por impulso estando en Austria — nos convenció una promo de 10 € y un guía llamado Pavel que prometió que no pasaríamos frío. Mintió. Pero, envueltos en cuatro capas de ropa y con schnapps en el cuerpo después del paseo, fue una de las experiencias más surrealistas que hemos tenido. Trozos de hielo flotando, niebla sobre el río, y ni un alma alrededor. Solo nosotros, los remos y el caos.
🧭 El viaje “a ciegas”
Un sábado nos encontramos en la estación de tren de Budapest y acordamos: subiríamos al tercer tren que saliera y ya veríamos qué hacer. Terminamos en un pueblito que no conocíamos, almorzamos con dos ancianos que pensaban que estábamos perdidos (y no se equivocaban del todo), y cerramos el día viendo el atardecer sobre un lago congelado. Cero planes, 100 % magia.
🐕 Pasear perros de refugio
No todas las aventuras necesitan adrenalina. Una mañana fría en Cracovia, nos apuntamos para pasear perros de un refugio local. Fue una experiencia increíblemente reconfortante — caos bonito con correas, zapatos llenos de barro y algún que otro perro que no caminaba sin un soborno de salchichas. Sencillo, significativo y ahora parte habitual de nuestros planes.
🌅 Cazar amaneceres en lugares raros
Lo convertimos en un juego: una persona elige el lugar y los demás deben presentarse antes de las 6:00 a. m. Sin preguntas. Hemos visto salir el sol desde ruinas de castillos, azoteas de aparcamientos, y una vez — inolvidable — desde la plataforma de una grúa de construcción (mejor no preguntes). Con sueño, congelados y felices cada vez.
Nos dimos cuenta de que los mejores recuerdos casi siempre empiezan con: “¿Y si lo hacemos?”
Esté a 20 minutos o en otro país, la aventura no siempre necesita planificación — solo amigos dispuestos a decir que sí.
No toda la diversión tiene que ser ruidosa o deportiva — a veces, las ideas más raras generan los mejores recuerdos. En 2024, abrazamos por completo nuestro lado creativo y caótico. Desde dibujar caricaturas absurdas hasta hacernos tatuajes a juego (sí, en serio), estos momentos sacaron a relucir a nuestro niño interior, nuestra imaginación más salvaje y, a veces… nuestro dudoso talento artístico.
🎨 Dibújense como caricaturas
Un domingo lluvioso en Vilna, nos sentamos con papel, rotuladores y exactamente cero habilidades para dibujar. El reto: retratarnos como personajes animados. ¿El resultado? Un delirio total. Uno de nosotros parecía un plátano con patas, otro, un villano de dibujos de los 90. Enmarcamos el peor. Aún cuelga en el pasillo de alguien.
🧱 Clase de cerámica (y caos accidental)
Reservamos una clase de cerámica en Berlín pensando que sería relajante. No lo fue. Los tornos acabaron siendo un desastre total, nos reímos hasta llorar, y alguien hizo un jarrón que parecía un caracol aplastado. Pero ahora todos tenemos una pieza de barro rara en casa que nos recuerda lo divertido que es simplemente… probar algo nuevo.
💉 Tatuaje simbólico (nuestro “logramos sobrevivir” badge)
Después de tachar unas 10 cosas de nuestra lista, tres de nosotros nos hicimos tatuajes pequeños a juego — símbolos del caos que habíamos vivido juntos. Uno eligió un remo (por el kayak), otro una huella de perro (por los paseos del refugio), y el mío: una brújula, por todos nuestros viajes improvisados. Cero arrepentimientos, solo recuerdos marcados en la piel.
👚 Compra de segunda mano... pero para otro
Sacamos nombres al azar y cada uno tenía 10 € para encontrar un look completo que el otro tenía que ponerse. Los resultados iban desde “un poco fashion” hasta “meme andante”. Luego fuimos todos a cenar con esos atuendos ridículos como si fuera lo más normal del mundo. Las miradas no faltaron. Fue un desmadre y lo amamos.
💌 Entierra una carta secreta para tu yo del futuro
Durante una caminata otoñal en Eslovaquia, cada uno escribió una carta para su “yo futuro” (o su futura amistad), la sellamos y la enterramos bajo un árbol cerca de un lago. Nadie recuerda el lugar exacto. Probablemente nunca las encontremos. Y, de alguna manera, eso lo hace aún más especial.
Estos momentos creativos no se trataban de ser buenos en algo — se trataban de decir sí a cosas que parecían aleatorias, atrevidas o simplemente divertidas. Y convirtieron nuestro año en uno mucho más colorido.
A veces, simplemente necesitábamos movernos — no para entrenar para una maratón, sino para sudar un poco, desafiarnos entre nosotros o simplemente reírnos mientras hacíamos algo activo. En esos momentos, la amistad se sentía como espíritu de equipo: un poco ridícula, muy sudada y 100 % valiosa.
🏃♀️ Corre una milla y luego tómate una cerveza
Empezó como una broma en un parque de Bratislava: “Corramos una milla y después nos tomamos una cerveza como campeones.” Y lo hicimos. Sorprendentemente, se volvió una tradición. Lo convertimos en un ritual de temporada — cada pocos meses nos reunimos, corremos (algunos caminan), bebemos y brindamos por no tomarnos la vida tan en serio.
🏓 Torneos de ping pong (en lugares aleatorios)
Un amigo tenía una mesa plegable en su garaje cerca de Zagreb, así que la convertimos en zona de campeonato. Hicimos llaves de eliminación, llevamos “uniformes de equipo” (léase: cintas en la cabeza a juego) y hasta teníamos música de entrada dramática. Incluso había un trofeo: un pato de plástico pegado a una base. Todavía rota entre nosotros.
🏐 Vóley en la nieve
Sin red, sin reglas — solo nieve, una pelota y cinco amigos intentando no caerse cada dos segundos. Jugamos en un campo al azar cerca de nuestro Airbnb en Polonia. Acabamos empapados, congelados y riéndonos todo el tiempo. Si nunca has jugado vóley con botas, te estás perdiendo un buen caos de calidad.
💃 Taller de baile en pareja
Este nos sorprendió a todos. Un amigo nos arrastró a un taller de salsa en Lviv, y salimos obsesionados. De repente, íbamos a eventos de baile, practicábamos pasos en estaciones de metro y organizábamos duelos improvisados en fiestas. No se trataba de hacerlo bien — se trataba de soltarse y moverse.
🎯 Probar el tiro con arco
En Hungría, encontramos un festival medieval y decidimos probar el tiro con arco. Resultó ser mucho más difícil de lo que parece en las películas. Fallamos más veces que acertamos, pero cada vez que alguien le daba al blanco, lo celebrábamos como si fueran los Juegos Olímpicos. Ese día terminó con una siesta en grupo sobre el césped. 10/10.
💨 Vuelo en túnel de viento
Para alguien con miedo a las alturas (yo), esto fue casi aterrador. Pero volar en un túnel de viento (tipo paracaidismo indoor) fue pura adrenalina. Gritamos, reímos y agitamos los brazos como fideos flotantes. Fue una de las emociones más inolvidables en 5 minutos.
Este tipo de desafíos no solo nos hizo movernos — nos recordó lo que es jugar. Probar cosas nuevas. Ser malos en ellas. Y aun así, animarnos los unos a los otros.
No todos los planes con amigos tienen que ser salvajes o aventureros. Algunos de los momentos más significativos que vivimos en 2024 surgieron de bajar el ritmo, ponernos un poco sentimentales y simplemente… estar presentes. Estas ideas de baja energía pero alta conexión fueron perfectas para cuando queríamos recargar — sin arruinar el ambiente.
🛋️ Club de artículos (en vez de club de lectura)
Nos dimos cuenta de que ninguno tenía tiempo para terminar una novela de 400 páginas cada mes. Así que lo cambiamos: cada persona traía un artículo que había leído y le había gustado. A veces eran profundos, otras veces rarísimos (una vez alguien trajo un ensayo sobre la psicología de IKEA). Pero siempre daban pie a conversaciones reales — sin tareas ni presión.
🧘 Noche de meditación grupal + journaling
Después de una semana larga, nos reunimos en el piso de alguien en Sofía, encendimos unas velas, hicimos una meditación guiada de YouTube de 10 minutos y luego escribimos en silencio durante 15 más. Nadie tenía que compartir, pero algunos lo hicimos — y terminamos hablando de todo: desde agotamiento laboral hasta sueños extraños. Todos nos fuimos un poco más livianos.
💌 Cartas a nuestro yo del futuro
Un domingo tranquilo, cada uno escribió una carta para abrir dentro de un año — sobre lo que esperábamos, temíamos o queríamos recordar. Las sellamos y las guardamos en una caja de zapatos con nuestros nombres. Algunos planean abrirlas en la fiesta de Año Nuevo del próximo año. Otros dicen: “Nunca”. Y también está bien.
🧩 Noche de rompecabezas + vino
Compramos el rompecabezas más feo que encontramos — un collage de mil piezas de ranas. Lo combinamos con vino, snacks y una regla: nada de móviles. Tres horas pasaron volando. Escuchamos un álbum viejo de Taylor Swift, compartimos historias de viajes y discutimos si hacer trampa mirando la tapa de la caja.
🥐 Brunch tipo potluck de snacks
Un sábado perezoso, en lugar de organizar un brunch formal, dijimos: trae tu snack favorito, sin juicios. Terminamos con chips de alga, Kinder Buenos, pepinillos y una focaccia entera. Caótico, delicioso y, de alguna forma, muy nosotros. Hablamos, algunos se quedaron dormidos en el sillón, alguien empezó a tejer. Pura comodidad.
🪐 Mirar las estrellas desde un parking
No teníamos una montaña ni un campo pintoresco. Solo una azotea de estacionamiento en Brno, mantas y una playlist. Nos acostamos bajo las estrellas, señalando lo que creíamos que eran constelaciones y hablando de todo eso para lo que nunca hay tiempo. Esa noche se sintió como un secreto compartido entre nosotros.
Estos momentos no fueron ruidosos ni espectaculares, pero se quedaron con nosotros. Porque a veces, lo mejor que puedes hacer con tus amigos es simplemente estar — plenamente, en silencio, y siendo tú mismo.
Por supuesto, algunas noches están hechas para el caos. Para esos momentos en los que no queríamos “tomarlo con calma”, nos dejamos llevar por lo ridículo, lo espontáneo y ese tipo de planes que se convierten en historias para reírse toda la vida. Estos comodines nos sacaron de nuestra zona de confort — y casi siempre terminábamos diciendo: “esto NO deberíamos repetirlo… pero también, sí que deberíamos.”
🕺 Fiesta por la mañana
Un viernes en Berlín, pusimos la alarma a las 5:30 a. m., nos arreglamos, preparamos mimosas y montamos una fiesta en la cocina de alguien antes del trabajo. Nadie entendía por qué íbamos en lentejuelas a las 6:00 a. m. — y eso lo hizo aún mejor. Para las 9:00 estábamos medio dormidos, pero completamente felices.
👠 Ir a un club de striptease (con respeto)
Hicimos un pacto: sin juicios, sin presión, solo curiosidad. Así que fuimos a un club en Viena — vestidos como turistas, con la mejor energía respetuosa posible. Nos quedamos por una sola copa, dimos buenas propinas y hablamos del tema durante horas. Fue más divertido de lo esperado y mucho más sano de lo que creíamos.
🏇 Carreras en el hipódromo
Alguien consiguió entradas para el hipódromo de Praga, y allá fuimos. No apostamos (salvo por quién derramaría la cerveza primero), pero gritamos como si fueran los Juegos Olímpicos. La vibra: impecable. Los caballos: majestuosos. Las selfies grupales: borrosas y perfectas.
🧩 Caos en el escape room
Probamos una sala de escape en Bucarest sin la más mínima estrategia. Pasamos 10 minutos discutiendo sobre una llave falsa y rompimos una lámpara sin querer. No escapamos, obviamente. Pero nos reímos todo el tiempo — y ahora usamos “estás actuando como la pista de la lámpara” como chiste interno.
🕺 Fiesta en un lugar inusual
Una vez alquilamos un pequeño estudio de fotografía para hacer un “rave privado” con 6 personas y una luz estroboscópica de Amazon. Otra vez, bailamos en una lavandería (duramos 15 minutos antes de que nos echaran). No se trata del lugar, sino de decir “¿por qué no?” y hacerlo funcionar.
🏞️ Noche de verano en el parque
Una noche de verano llevamos sacos de dormir, luces de hadas y demasiados snacks a un parque enorme de la ciudad. No dormimos allí, pero nos quedamos hasta las 4 de la mañana contando historias, poniendo música y fingiendo que teníamos 18 otra vez. Bajo presupuesto, altísimo en recuerdos.
Estas noches nos recordaron que la amistad no se trata de lugares elegantes ni de perfección planeada. Se trata de decir que sí, de mantener la curiosidad y de ser un poco imprudentes — juntos.
Nota final
Si estás leyendo esto, tal vez es momento de empezar tu propia versión de nuestro año. No tiene que ser algo grande ni estar perfectamente planeado — solo reúne a tu gente, haz una lista y empieza a tachar. Te sorprenderá descubrir cuánta alegría se esconde en las cosas pequeñas, raras y maravillosas.